"Había que
meterse todo aquello en la cabeza del modo que fuera, disfrutándole o
aborreciéndole. Tamaña coerción produjo en mí un desaliento tan grande que,
tras mi examen final pasé un año entero sin encontrar el más mínimo placer en
la consideración de ningún problema científico". Albert Einstein
Modelo centrado en la enseñanza
Seguramente la mayoría
de los lectores de CONTEXTO EDUCATIVO son profesores
interesados en reflexionar sobre temas educativos que les permitan mejorar su
práctica cotidiana. Si, como suponemos, son personas dedicadas, o al menos,
interesadas en la docencia, esto nos lleva a una reflexión, sencilla pero
indispensable para poder continuar, ¿cuál es la esencia de nuestro trabajo?, es
decir, ¿qué tendrá que suceder para que podamos afirmar que somos mejores maestros?
Al maestro se le exige
hoy en día cualquier cantidad de características y competencias, que pueden
desviar la atención sobre la esencia del trabajo mismo. Por ejemplo, es
frecuente encontrar alumnos, padres de familia o incluso colegas que afirman
con seguridad: "el maestro debe ser un amigo" o "el maestro es
un facilitador". Podemos agregar muchas cosas que la sociedad opina que el
maestro debe ser, y que se agolpan sobre su identidad presionándola y con fundiéndola. Sin embargo, en esta acumulación de buenos propósitos, es
frecuente perder el sentido mismo de la docencia.
Se piensa con
frecuencia que la esencia del trabajo del docente es enseñar. Podemos
analizar esta concepción de modelo educativo en las actividades realizadas por
el profesor y por el alumno.
Modelo pedagógico centrado en la enseñanza
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El Profesor
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El Alumno
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Como podemos observar,
el papel del alumno en este modelo es totalmente reactivo;
es decir, el alumno reacciona a las actividades realizadas por el maestro.
Normalmente, los cursos tienen un gran énfasis en la adquisición de
conocimientos, el profesor supone que el reconocimiento a sus alumnos y a su
trabajo está en función de cuánto aprenden. Algunos de estos profesores se
hacen exitosos por añadir temas a los programas de los cursos
para que sus alumnos salgan mejor preparados.
Desde esta concepción
se asume que para ser mejor profesor es necesario saber más sobre
la materia o sobre didáctica.
Modelo centrado en el
aprendizaje
En contraste, en la
actualidad se impulsa un modelo educativo que se centre, no en el profesor,
como en el modelo tradicional; tampoco en el alumno como se llegó a proponer en
algunas escuelas de tipo activo. Hoy se busca centrar el modelo educativo en el
aprendizaje mismo. El cual deberá ser perseguido y propiciado por el docente,
implicando en ello todo su profesionalismo.
Las actividades del
profesor y del alumno en este modelo son diferentes. Contrastemos con el cuadro
anterior.
Modelo pedagógico centrado en el aprendizaje
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El Profesor
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El Alumno
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El papel del alumno en
este modelo no es sólo activo: diríamos que es proactivo.
Desde esta
perspectiva, se puede entender una afirmación tajante y aparentemente
paradójica:
El trabajo del
docente no es enseñar,
el trabajo del docente es propiciar que sus alumnos aprendan.
el trabajo del docente es propiciar que sus alumnos aprendan.
Como advierte Frida
Díaz Barriga (98), la función del trabajo docente no puede reducirse ni a la de
simple transmisor de la información, ni a la de facilitador del aprendizaje.
Antes bien, el docente se constituye en un mediador en el
encuentro del alumno con el conocimiento. En esta mediación el profesor orienta
y guía la actividad mental constructiva de sus alumnos, a quienes proporciona
ayuda pedagógica ajustada a su competencia.
Esta afirmación nos
lleva a una reflexión sobre la profesionalización del trabajo docente.
Pareciera que el maestro es el único profesional que no siente obligación de
rendir cuentas de sus resultados ante nadie. ¿Qué pensaríamos de un vendedor,
que responsablemente se presente todos los días a trabajar, que sea amable y
respetuoso con la clientela, pero que no logre vender nada o muy poco? ¿Por
cuánto tiempo conservará su trabajo? El maestro no tiene este problema. Puede
terminar el curso reprobando a gran cantidad de alumnos y, encima, sentirse
orgulloso. Además, las instituciones educativas generalmente ponen más atención
en lo que hace el maestro (si es puntual, responsable, usa material didáctico,
etc.), que en los aprendizajes obtenidos por sus alumnos.
· Aprender a aprender
La mayoría de los idearios o
proyectos escolares, incluso el artículo 3º constitucional, persiguen un alumno
con características proactivas, a saber: "...desarrollar
armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentar en él, a la vez,
el amor a la Patria, la conciencia de la solidaridad internacional, en la
independencia y en la justicia; será democrático..., será nacional..., atenderá
a la comprensión de nuestros problemas, al aprovechamiento de nuestros
recursos..., contribuirá a la mejor convivencia humana..." etc. ¿Estaremos
propiciando su formación con actividades de pensamiento y acción de tipo
reactivo?
La UNESCO propone: nuestros
alumnos deberán aprender a conocer, a hacer, a ser y a convivir. Utilicemos,
pues, técnicas y estrategias que propicien todos estos aprendizajes. En esta
perspectiva, afirmamos lo que con el pasar de las páginas será evidente, los
mapas conceptuales son una herramienta útil para propiciar aprendizajes
significativos en estos cuatro pilares.
· Mitos
Probablemente, no existe maestro
que no haya escuchado alguna vez esta extraña expresión. Sin embargo, habrá que
reconocer con humildad que son pocos quienes tienen claro a qué se refiere.
Diversas opiniones a fuerza de repetición se convierten en mitos, que lejos de
explicar la expresión, constituyen distractores sobre la esencia del trabajo
docente.
- Primer mito: El aprendizaje
significativo se da cuando el alumno "se divierte" aprendiendo.
No necesariamente. Hemos visto
muchos intentos de integrar experiencias lúdicas en varios niveles educativos,
y sin embargo, los alumnos no aprenden más que aquellos que reciben clases
tradicionales. Los alumnos se divierten, claro está, pero nuestro
trabajo no es el entretenimiento.
- Segundo mito: El aprendizaje
significativo se da cuando los contenidos se ofrecen "adaptados"
a los intereses del alumno.
No necesariamente. ¿Quién puede
asegurar lo que realmente les interesa a sus alumnos? ¿Acaso debemos renunciar
a un contenido porque éste no resulte atractivo a nuestros alumnos? El maestro
debe buscar interesar al alumno en el contenido, pero esto no basta. La mayoría
de nuestros alumnos están interesados en aprender computación e inglés, y sin
embargo sabemos que esto no es suficiente.
- Tercer mito: El aprendizaje
significativo se da cuando el alumno "quiere aprender".
Tampoco es exacto. Pensemos en las
caras de nuestros alumnos el primer día de clase. ¿Acaso podemos negar que la
mayoría, aún aquellos que han fracasado anteriormente, llegan con ilusión de
empezar bien el curso y aprender. Sin embargo, el tiempo nos confirma
nuevamente que esto no basta.
- Cuarto mito: El aprendizaje
significativo se da cuando el alumno "descubre por sí mismo"
aquello que ha de aprender.
Falso. Como descubriremos más
adelante, no todo lo que el alumno aprende lo hace por descubrimiento, ni todo
lo que el alumno "descubre" es aprendido. El aprendizaje por
recepción, si se cumplen ciertas condiciones puede ser igualmente eficaz o más
que el aprendizaje por descubrimiento.
- Quinto mito: El aprendizaje
significativo se da cuando el alumno "puede aplicar" lo
aprendido.
La implicación es poco exacta. Más
bien se debería afirmar que si el aprendizaje es significativo, es posible
transferirlo. De otra manera, no afirmamos nada sobre el proceso de aprendizaje
y por lo tanto no podemos orientar nuestra práctica.
Entonces, ¿qué es realmente el
Aprendizaje Significativo y cómo propiciarlo? Buscaremos la respuesta en los
orígenes de esta teoría. Advertimos que no pretendemos hacer un análisis
exhaustivo de la misma, ni siquiera una síntesis. Simplemente pretendemos
revisar aquellos elementos que sustentan nuestra reflexión sobre la práctica docente.
· La perspectiva de Ausubel
En la década de los 70's, las
propuestas de Bruner sobre el Aprendizaje por Descubrimiento cobraban adeptos
en forma acelerada. Las experiencias se orientaban a que los niños en las
escuelas construyeran su conocimiento a través del descubrimiento de
contenidos. Se privilegió, entonces, el activismo y los experimentos dentro del
aula. Ante la llegada de lo nuevo, se criticó severamente el modelo expositivo
tradicional.
Ausubel reconoció las bondades del
aprendizaje por descubrimiento, pero se opuso a su aplicación irreflexiva.
Después de todo hay que considerar que el aprendizaje por descubrimiento tiene
una desventaja: necesita considerablemente más tiempo para la realización de
actividades.
Ausubel considera que el
aprendizaje por descubrimiento no debe presentarse como opuesto al aprendizaje
que resulta de una exposición (aprendizaje por recepción), pues éste puede ser
igualmente eficaz (en calidad) que aquél, si se dan ciertas características. Además,
puede ser notablemente más eficiente, pues se invierte mucho menos tiempo.
Así, el aprendizaje escolar puede
darse por recepción o por descubrimiento, como estrategia de enseñanza, y puede
lograr en el alumno aprendizajes de calidad (llamados por Ausubel significativos)
o aprendizajes de baja calidad (memorísticos o repetitivos). Se
considera que el aprendizaje por recepción no implica, como mucho se critica,
una actitud pasiva del alumno; ni tampoco las actividades diseñadas para guiar
el aprendizaje por descubrimiento garantizan la actividad cognoscitiva del
alumno.
Características del Aprendizaje Significativo
Características del Aprendizaje Significativo
David P. Ausubel acuña la
expresión Aprendizaje Significativo para contrastarla con
el Aprendizaje Memorístico.
Así, afirma que las
características del Aprendizaje Significativo son:
- Los nuevos conocimientos se
incorporan en forma sustantiva en la estructura cognitiva del alumno.
- Esto se logra gracias a un
esfuerzo deliberado del alumno por relacionar los nuevos conocimientos con
sus conocimientos previos.
- Todo lo anterior es producto
de una implicación afectiva del alumno, es decir, el alumno quiereaprender
aquello que se le presenta porque lo considera valioso.
En contraste el Aprendizaje
Memorístico se caracteriza por:
- Los nuevos conocimientos se
incorporan en forma arbitraria en la estructura cognitiva del alumno.
- El alumno no realiza un
esfuerzo para integrar los nuevos conocimientos con sus conocimientos
previos.
- El alumno no quiere aprender,
pues no concede valor a los contenidos presentados por el profesor.
Ventajas
del Aprendizaje Significativo
El Aprendizaje Significativo tiene
claras ventajas sobre el Aprendizaje Memorístico:
- Produce una retención más
duradera de la información. Modificando la estructura cognitiva del alumno
mediante reacomodos de la misma para integrar a la nueva información.
- Facilita el adquirir nuevos
conocimientos relacionados con los ya aprendidos en forma significativa,
ya que al estar clara mente presentes en la estructura cognitiva se
facilita su relación con los nuevos contenidos.
- La nueva información, al
relacionarse con la anterior, es depositada en la llamada memoria a largo
plazo, en la que se conserva más allá del olvido de detalles secundarios
concretos.
- Es activo, pues depende de
la asimilación deliberada de las actividades de aprendizaje por parte del
alumno.
- Es personal, pues la
significación de los aprendizajes depende de los recursos cognitivos del
alumno (conocimientos previos y la forma como éstos se organizan en la estructura
cognitiva).
A pesar de estas ventajas,
muchos alumnos prefieren aprender en forma memorística, convencidos por triste
experiencia que frecuentemente los profesores evalúan el aprendizaje mediante
instrumentos que no comprometen otra competencia que el recuerdo de
información, sin verificar su comprensión.
Es útil mencionar que los tipos de
aprendizaje memorístico y significativo son los extremos de un continuo en
el que ambos coexisten en mayor o menor grado y en la realidad no podemos
hacerlos excluyentes. Muchas veces aprendemos algo en forma memorista y
tiempo después, gracias a una lectura o una explicación, aquello cobra significado para
nosotros; o lo contrario, podemos comprender en términos generales el significado de
un concepto, pero no somos capaces de recordar su definición o su
clasificación.
Requisitos
para lograr el Aprendizaje Significativo
De acuerdo a la teoría de Ausubel,
para que se puedan lograr aprendizajes significativos es necesario se cumplan
tres condiciones:
1.
Significatividad lógica del material. Esto es, que el material presentado tenga una
estructura interna organizada, que sea susceptible de dar lugar a la
construcción de significados. (Coll,). Los conceptos que el profesor presenta,
siguen una secuencia lógica y ordenada. Es decir, importa no sólo el contenido,
sino la forma en que éste es presentado.
2.
Significatividad psicológica del material. Esto se refiere a la posibilidad
de que el alumno conecte el conocimiento presentado con los
conocimientos previos, ya incluidos en su estructura cognitiva. Los contenidos
entonces son comprensibles para el alumno. El alumno debe
contener ideas inclusoras en su estructura cognitiva, si esto
no es así, el alumno guardará en memoria a corto plazo la
información para contestar un examen memorista, y olvidará después, y para
siempre, ese contenido.
3.
Actitud favorable del alumno. Bien señalamos anteriormente, que el que el
alumno quiera aprender no basta para que se dé el aprendizaje
significativo, pues también es necesario que pueda aprender (significación
lógica y psicológica del material). Sin embargo, el aprendizaje no puede darse
si el alumno no quiere aprender. Este es un componente de disposiciones
emocionales y actitudinales, en el que el maestro sólo puede influir a través
de la motivación.
Tipos de
Aprendizaje Significativo
Ausubel señala tres tipos de
aprendizajes, que pueden darse en forma significativa:
1.
Aprendizaje de Representaciones: Es cuando el niño adquiere el vocabulario. Primero aprende
palabras que representan objetos reales que tienen significado para
él. Sin embargo aún no los identifica como categorías. Por ejemplo, el niño
aprende la palabra "mamá" pero ésta sólo tiene
significado para aplicarse a su propia madre.
2.
Aprendizaje de Conceptos: El niño, a partir de experiencias concretas,
comprende que la palabra "mamá" puede usarse también
por otras personas refiriéndose a sus propias madres. Lo mismo sucede con "papá",
"hermana", "perro", etc.
También puede darse cuando, en la
edad escolar, los alumnos se someten a contextos de aprendizaje por recepción o
por descubrimiento y comprenden conceptos abstractos tales como "gobierno",
"país", "democracia", "mamífero", etc.
3.
Aprendizaje de Proposiciones: Cuando el alumno conoce el significado de los
conceptos, puede formar frases que contengan dos o más conceptos en las que se
afirme o niegue algo. Así un concepto nuevo es asimilado al
integrarlo en su estructura cognitiva con los conocimientos previos. Dicha
asimilación puede asimilarse mediante uno de los siguientes procesos:
·
Por diferenciación progresiva. Cuando el concepto nuevo se subordina a
conceptos más inclusores que el alumno ya conocía. Por ejemplo, el alumno
conoce el concepto de triángulo y al conocer su clasificación puede
afirmar: "Los triángulos pueden ser isósceles, equiláteros o
escalenos".
·
Por reconciliación integradora. Cuando el concepto nuevo es de mayor grado de
inclusión que los conceptos que el alumno ya conocía. Por ejemplo, el alumno
conoce los perros, los gatos, las ballenas, los conejos y al conocer el
concepto de "mamífero" puede afirmar: "Los
perros, los gatos, las ballenas y los conejos son mamíferos".
·
Por combinación. Cuando el concepto nuevo tiene la misma jerarquía que los
conocidos. Por ejemplo, el alumno conoce los conceptos de rombo y cuadrado y
es capaz de identificar que: "El rombo tiene cuatro lados, como el
cuadrado".
Cuando un adulto ha asimilado un
contenido, a veces olvida que esto es un proceso que, para el alumno,
representa un esfuerzo de acomodación de su estructura
cognitiva. Recordemos la dificultad que representa para un niño de menos de
seis años comprender la relación entre: México, Matehuala, San Luis
Potosí, Europa, Brasil, etc. Necesitará reconciliarlos mediante los tipos
de asimilación arriba presentados y la comprensión de los conceptos: municipio,
estado, país, continente.
El aprendizaje de proposiciones es
el que podemos apoyar mediante el uso adecuado de mapas conceptuales, ya que
éstos nos permiten visualizar los procesos de asimilación de nuestros alumnos
respecto a los contenidos que pretendemos aprendan. Así, seremos capaces de
identificar oportunamente, e intervenir para corregir, posibles errores u
omisiones.
Implicaciones
Didácticas
Del conocimiento de los requisitos
para que un aprendizaje se dé en forma significativa, se desprenden
consecuencias de tipo didáctico para quienes tenemos la obligación esencial de
propiciarlos cotidianamente.
En primer lugar, podemos señalar
el conocer los conocimientos previos del alumno. Es decir, debemos
asegurarnos de que el contenido a presentar pueda relacionarse con
ideas previas, por lo que el conocer qué saben nuestros alumnos sobre el tema
nos ayudará a intervenir sobre nuestra planeación. El mismo Ausubel escribe,
como frase introductoria de su clásico libro Psicología Educativa: "Si
tuviese que reducir toda la psicología educativa a un solo principio,
enunciaría éste: el factor más importante que influye en el aprendizaje es lo
que el alumno ya sabe. Averígüese esto, y enséñese en consecuencia".
En segundo lugar está la organización
del material de nuestro curso, para que tenga forma lógica y
jerárquica, recordando que no sólo es importante el contenido sino la forma en
que éste sea presentado a los alumnos, por lo que se deberá presentar en
secuencias ordenadas, de acuerdo a su potencialidad de inclusión.
En tercer lugar está el considerar
la importancia de la motivación del alumno. Recordemos que si el
alumno no quiere, no aprende. Por lo que debemos darle motivos para
querer aprender aquello que le presentamos. El que el alumno tenga entonces una
actitud favorable, el que se sienta contento en nuestra clase, el que estime a
su maestro, no son románticas idealizaciones del trabajo en el aula sino que
deberán buscarse intencionalmente por quienes se dedican profesionalmente a la
educación. Como afirma Don Pablo Latapí: "si tuviera que señalar
un indicador y sólo uno de la calidad en nuestras escuelas, escogería éste: que
los alumnos se sientan a gusto en la escuela".
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